PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD EN MÉXICO.
El concepto de biodiversidad
se refiere a la gran variedad de organismos y ecosistemas que existen sobre la
Tierra. Representa el capital natural de una región y es tan importante como
los otros capitales que generalmente reconocemos: el económico y el humano.
La crisis de la
biodiversidad es la pérdida acelerada de la variedad genética, de
especies y de ecosistemas.
Se considera que desde el
siglo XVII se han registrado por lo menos 717 especies animales
y 87 especies vegetales como extintas. Si incluimos las extinciones
causadas por el ser humano antes de 1600, el número se eleva a más
de 2,000 especies extintas. Actualmente, más
de 17,000 plantas y animales se encuentran en riesgo de tener el
mismo destino.
México ha visto mermada sus
poblaciones de especies silvestres por distintos factores como la extracción
ilegal y la destrucción de su hábitat. Las principales amenazas para la
biodiversidad puede dividirse en dos categorías: las naturales y las que
resultan del impacto sobre los ecosistemas inducido por las actividades
humanas. Las amenazas naturales radican principalmente en alteraciones
climáticas, catástrofes naturales como lluvias torrenciales y erupciones
volcánicas.
Entre las amenazas de
impacto, por las actividades antropogénicas, se encuentran la deforestación,
degradación de los suelos, la sobreexplotación, especies invasoras y el tráfico
ilegal de vida silvestre.
• Deforestación: provoca la fragmentación de hábitats o incluso su
eliminación total, lo que conduce a la pérdida de especies y de variación
genética de recursos básicos.
• La degradación de los suelos es una gran amenaza para los recursos
bióticos. La pérdida de vegetación ocasiona la erosión del suelo. La pérdida
excesiva del suelo ocasiona a su vez la disminución de la capacidad para
absorber agua y nutrientes, dando lugar a un ecosistema degradado.
•
La sobreexplotación consiste en extraer un número de individuos
de una población a una tasa mayor a la capacidad de restituirlos. El conjunto
de estas amenazas pueden resultar en una extinción de numerosas especies que no
será evidente hasta dentro de muchas generaciones.
• Las especies invasoras, cuando llegan a los nuevos hábitats, no
tienen enemigos naturales que regulen sus poblaciones, por lo que rápidamente
incrementan su número y compiten con las especies locales por alimento,
espacio, e incluso, se convierten en sus depredadores o transmisores de
enfermedades. Las especies invasoras pueden dañar los ecosistemas al modificar
las interacciones entre las especies nativas; a la economía, si interfieren con
la producción, e incluso, a la salud de las personas cuando actúan como
vectores de enfermedades.
• El tráfico ilegal de vida silvestre, este disminuye el tamaño de
las poblaciones de las especies afectadas por la extracción de individuos o
partes de ellos de sus poblaciones naturales. El tráfico ilegal también puede
contribuir a la pérdida y degradación de los hábitats de los cuales se extraen
las especies de interés, afectando a otras especies que no son el objetivo
original.
- Durante
las últimas décadas se ha incrementado la llamada "crisis de la
biodiversidad" en nuestro
país, y su acelerada pérdida en todo el mundo. La deforestación y la
fragmentación de ecosistemas se han reconocido en muchos países como unas
de las principales causas de pérdida de la biodiversidad y se ha alertado
sobre las consecuencias que estos fenómenos pueden tener sobre el
bienestar de la humanidad y la salud general del ambiente (Harris 1984,
Noss 1994). En los países en vías de desarrollo, la deforestación se debe
al cambio en el uso del suelo y la consiguente transformación de bosques o
selvas en zonas agrícolas o pecuarias, como resultado de una presión
demográfica sobre el uso de los recursos naturales y de un aprovechamiento
inadecuado de la tierra.
La deforestación es un
proceso que afecta de manera negativa la estructura y el funcionamiento de los
ecosistemas. La reducción de la cubierta vegetal ocasiona problemas como
modificaciones en los ciclos hídricos y cambios regionales de los regímenes de
temperatura y precipitación, favoreciendo con ello el calentamiento global, la
disminución en el secuestro de bióxido de carbono, así como la pérdida de
hábitats o la fragmentación de ecosistemas.
La fragmentación de la vegetación
tiene como consecuencia inmediata la reducción del hábitat para las especies,
lo que puede ocasionar un proceso de defaunación o desaparición parcial o total
de comunidades de algunos grupos como insectos, aves y mamíferos (Dirzo y
García 1992). Las relaciones bióticas y abióticas de las comunidades también se
pueden alterar en función del tamaño y la forma de los fragmentos, ya que al
modificarse la distribución espacial de los recursos también se modifica su
disponibilidad. El grado de interrelación de los fragmentos determina entonces
la viabilidad de estas especies en el mediano y largo plazos, ya que si ésta no
existe pueden producirse procesos de aislamiento, favorecerse procesos
endogámicos o bien llegar hasta la extinción local de algunas especies.
Dentro de estas problemáticas ambientales
sociales, podemos agregar que en nuestro país la deforestación, puede ocasionar la extinción local o regional
de las especies, la pérdida de recursos genéticos, el aumento en la ocurrencia
de plagas, la disminución en la polinización de cultivos comerciales, la
alteración de los procesos de formación y mantenimiento de los suelos
(erosión), evitar la recarga de los acuíferos, alterar los ciclos
biogeoquímicos, entre otros procesos de deterioro ambiental.
Las tasas de deforestación
se agruparon por estados en cuatro categorías. De acuerdo con esta figura, los
estados que presentan las tasas más altas son Veracruz, Tabasco y el Distrito
Federal. Estos estados han perdido entre 1 y 2% anual de la vegetación natural
remanente que tenían en 1973 en este periodo de 20 años. Los estados que
también presentan altas tasas de deforestación, comprendidas entre 0.6 y 0.9%,
son Tamaulipas, Chiapas y Aguascalientes; los que presentan una tasa entre 0.2
y 0.5% son Oaxaca, Guerrero, Campeche, Zacatecas, Estado de México, Nuevo León,
Sinaloa e Hidalgo. El resto de los estados de la República tiene una tasa menor
a 0.1%.
Las tasas de deforestación
también se estimaron para los distintos tipos de vegetación y estos valores se
presentan en la figura 2 para 31 clases de vegetación. La vegetación de galería
es la que registra la tasa más alta (3.6% anual), en comparación con las otras
clases de vegetación. Le siguen en orden de magnitud las sabanas (2.2%), el
matorral espinoso tamaulipeco (1.7%), los palmares (1.6%), los bosques
espinosos y praderas de alta montaña (1.3%), las selvas altas perennifolias
(1.2%) y los mezquitales (1.1%).
De
acuerdo con este análisis, los ecosistemas más amenazados del país por su grado
de fragmentación se encuentran distribuidos de manera diferencial. Los
fragmentos de vegetación tropical se encuentran distribuidos más o menos
homogéneamente en las regiones tropicales de México (costas del Pacífico desde
Nayarit hasta Chiapas, costa del Golfo de México desde Veracruz hasta Tabasco y
la península de Yucatán); en tanto que las regiones áridas más afectadas por
fragmentación, en su mayoría, se encuentran en el noreste de México (Tamaulipas
y Nuevo León), en algunos estados de la altiplanicie central del país
(Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro e Hidalgo) y en algunos
estados de la costa este (Colima y Jalisco). Los fragmentos de regiones
templados que presentan una mayor amenaza se presentan en su mayoría en la Sierra Madre del Sur, el Eje Neo volcánico y la Sierra
Madre de Chiapas.
·
Estas cifras son alarmantes, estamos
perdiendo la diversidad de flora y fauna representativas de nuestro país,
ejemplares hermosos de animales han ido desapareciendo y con ello las hermosas
vistas panorámicas de los atardeceres de la madre naturaleza que nos regala día
con día.
·
El cambio está en nuestras manos,
nosotros como seres humanos y mexicanos debemos luchar a favor de nuestro
hogar, nuestro espacio exterior.
Forma
parte del cambio, cuida el ambiente!
Integrantes:
·
Kasandra Galindo Solís
·
Cecilia Guadalupe Lamas Martínez
·
Cindy Raquenel Rodríguez Navarro
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Alejandra Valdez Acevedo
Referencias:
La crisis de la biodiversidad. (s.f.). Recuperado de Biodiversidad mexicana : http://www.biodiversidad.gob.mx/biodiversidad/crisis.html
Pérdida de
biodiversidad. (s.f.). Recuperado de Profepa : http://www.profepa.gob.mx/innovaportal/v/435/1/mx.wap/perdida_de_biodiversidad.html
Aguilar, C., Martínez, E., & Arriaga, L. (2000). Deforestación y
fragmentación de ecosistemas. Qué tan grave es el problema en México,
7-11.
Palacio-Prieto, J. L., Bocco, G., Velázquez, A., Mas, J. F.,
Takaki-Takaki, F., Victoria, A., ... & González-Medrano, F. (2000). La
condición actual de los recursos forestales en México: resultados del
Inventario Forestal Nacional 2000. Investigaciones Geográficas, 43,
183-203.
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