jueves, 26 de septiembre de 2013

PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD EN MÉXICO.

El concepto de biodiversidad se refiere a la gran variedad de organismos y ecosistemas que existen sobre la Tierra. Representa el capital natural de una región y es tan importante como los otros capitales que generalmente reconocemos: el económico y el humano.

La crisis de la biodiversidad es la pérdida acelerada de la variedad genética, de especies y de ecosistemas.
   Se considera que desde el siglo XVII se han registrado por lo menos 717 especies animales y 87 especies vegetales como extintas. Si incluimos las extinciones causadas por el ser humano antes de 1600, el número se eleva a más de 2,000 especies extintas. Actualmente, más de 17,000 plantas y animales se encuentran en riesgo de tener el mismo destino.
México ha visto mermada sus poblaciones de especies silvestres por distintos factores como la extracción ilegal y la destrucción de su hábitat. Las principales amenazas para la biodiversidad puede dividirse en dos categorías: las naturales y las que resultan del impacto sobre los ecosistemas inducido por las actividades humanas. Las amenazas naturales radican principalmente en alteraciones climáticas, catástrofes naturales como lluvias torrenciales y erupciones volcánicas.

Entre las amenazas de impacto, por las actividades antropogénicas, se encuentran la deforestación, degradación de los suelos, la sobreexplotación, especies invasoras y el tráfico ilegal de vida silvestre.

Deforestación: provoca la fragmentación de hábitats o incluso su eliminación total, lo que conduce a la pérdida de especies y de variación genética de recursos básicos.

La degradación de los suelos es una gran amenaza para los recursos bióticos. La pérdida de vegetación ocasiona la erosión del suelo. La pérdida excesiva del suelo ocasiona a su vez la disminución de la capacidad para absorber agua y nutrientes, dando lugar a un ecosistema degradado.

• La sobreexplotación consiste en extraer un número de individuos de una población a una tasa mayor a la capacidad de restituirlos. El conjunto de estas amenazas pueden resultar en una extinción de numerosas especies que no será evidente hasta dentro de muchas generaciones.

Las especies invasoras, cuando llegan a los nuevos hábitats, no tienen enemigos naturales que regulen sus poblaciones, por lo que rápidamente incrementan su número y compiten con las especies locales por alimento, espacio, e incluso, se convierten en sus depredadores o transmisores de enfermedades. Las especies invasoras pueden dañar los ecosistemas al modificar las interacciones entre las especies nativas; a la economía, si interfieren con la producción, e incluso, a la salud de las personas cuando actúan como vectores de enfermedades.

El tráfico ilegal de vida silvestre, este disminuye el tamaño de las poblaciones de las especies afectadas por la extracción de individuos o partes de ellos de sus poblaciones naturales. El tráfico ilegal también puede contribuir a la pérdida y degradación de los hábitats de los cuales se extraen las especies de interés, afectando a otras especies que no son el objetivo original.
  • Durante las últimas décadas se ha incrementado la llamada "crisis de la biodiversidad" en  nuestro país, y su acelerada pérdida en todo el mundo. La deforestación y la fragmentación de ecosistemas se han reconocido en muchos países como unas de las principales causas de pérdida de la biodiversidad y se ha alertado sobre las consecuencias que estos fenómenos pueden tener sobre el bienestar de la humanidad y la salud general del ambiente (Harris 1984, Noss 1994). En los países en vías de desarrollo, la deforestación se debe al cambio en el uso del suelo y la consiguente transformación de bosques o selvas en zonas agrícolas o pecuarias, como resultado de una presión demográfica sobre el uso de los recursos naturales y de un aprovechamiento inadecuado de la tierra.
La deforestación es un proceso que afecta de manera negativa la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas. La reducción de la cubierta vegetal ocasiona problemas como modificaciones en los ciclos hídricos y cambios regionales de los regímenes de temperatura y precipitación, favoreciendo con ello el calentamiento global, la disminución en el secuestro de bióxido de carbono, así como la pérdida de hábitats o la fragmentación de ecosistemas.

La fragmentación de la vegetación tiene como consecuencia inmediata la reducción del hábitat para las especies, lo que puede ocasionar un proceso de defaunación o desaparición parcial o total de comunidades de algunos grupos como insectos, aves y mamíferos (Dirzo y García 1992). Las relaciones bióticas y abióticas de las comunidades también se pueden alterar en función del tamaño y la forma de los fragmentos, ya que al modificarse la distribución espacial de los recursos también se modifica su disponibilidad. El grado de interrelación de los fragmentos determina entonces la viabilidad de estas especies en el mediano y largo plazos, ya que si ésta no existe pueden producirse procesos de aislamiento, favorecerse procesos endogámicos o bien llegar hasta la extinción local de algunas especies.

 Dentro de estas problemáticas ambientales sociales, podemos agregar que en nuestro país la deforestación,  puede ocasionar la extinción local o regional de las especies, la pérdida de recursos genéticos, el aumento en la ocurrencia de plagas, la disminución en la polinización de cultivos comerciales, la alteración de los procesos de formación y mantenimiento de los suelos (erosión), evitar la recarga de los acuíferos, alterar los ciclos biogeoquímicos, entre otros procesos de deterioro ambiental.

Las tasas de deforestación se agruparon por estados en cuatro categorías. De acuerdo con esta figura, los estados que presentan las tasas más altas son Veracruz, Tabasco y el Distrito Federal. Estos estados han perdido entre 1 y 2% anual de la vegetación natural remanente que tenían en 1973 en este periodo de 20 años. Los estados que también presentan altas tasas de deforestación, comprendidas entre 0.6 y 0.9%, son Tamaulipas, Chiapas y Aguascalientes; los que presentan una tasa entre 0.2 y 0.5% son Oaxaca, Guerrero, Campeche, Zacatecas, Estado de México, Nuevo León, Sinaloa e Hidalgo. El resto de los estados de la República tiene una tasa menor a 0.1%.

Las tasas de deforestación también se estimaron para los distintos tipos de vegetación y estos valores se presentan en la figura 2 para 31 clases de vegetación. La vegetación de galería es la que registra la tasa más alta (3.6% anual), en comparación con las otras clases de vegetación. Le siguen en orden de magnitud las sabanas (2.2%), el matorral espinoso tamaulipeco (1.7%), los palmares (1.6%), los bosques espinosos y praderas de alta montaña (1.3%), las selvas altas perennifolias (1.2%) y los mezquitales (1.1%).

De acuerdo con este análisis, los ecosistemas más amenazados del país por su grado de fragmentación se encuentran distribuidos de manera diferencial. Los fragmentos de vegetación tropical se encuentran distribuidos más o menos homogéneamente en las regiones tropicales de México (costas del Pacífico desde Nayarit hasta Chiapas, costa del Golfo de México desde Veracruz hasta Tabasco y la península de Yucatán); en tanto que las regiones áridas más afectadas por fragmentación, en su mayoría, se encuentran en el noreste de México (Tamaulipas y Nuevo León), en algunos estados de la altiplanicie central del país (Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro e Hidalgo) y en algunos estados de la costa este (Colima y Jalisco). Los fragmentos de regiones templados que presentan una mayor amenaza se presentan en su mayoría en la Sierra Madre del Sur, el Eje Neo volcánico y la Sierra Madre de Chiapas.
·         Estas cifras son alarmantes, estamos perdiendo la diversidad de flora y fauna representativas de nuestro país, ejemplares hermosos de animales han ido desapareciendo y con ello las hermosas vistas panorámicas de los atardeceres de la madre naturaleza que nos regala día con día.
·         El cambio está en nuestras manos, nosotros como seres humanos y mexicanos debemos luchar a favor de nuestro hogar, nuestro espacio exterior.
Forma parte del cambio, cuida el ambiente!


Integrantes:
·         Kasandra Galindo Solís
·         Cecilia Guadalupe Lamas Martínez
·         Cindy Raquenel Rodríguez Navarro
·         Alejandra Valdez Acevedo


Referencias:
La crisis de la biodiversidad. (s.f.). Recuperado de Biodiversidad mexicana : http://www.biodiversidad.gob.mx/biodiversidad/crisis.html

Pérdida de biodiversidad. (s.f.). Recuperado de Profepa : http://www.profepa.gob.mx/innovaportal/v/435/1/mx.wap/perdida_de_biodiversidad.html
Aguilar, C., Martínez, E., & Arriaga, L. (2000). Deforestación y fragmentación de ecosistemas. Qué tan grave es el problema en México, 7-11.

Palacio-Prieto, J. L., Bocco, G., Velázquez, A., Mas, J. F., Takaki-Takaki, F., Victoria, A., ... & González-Medrano, F. (2000). La condición actual de los recursos forestales en México: resultados del Inventario Forestal Nacional 2000. Investigaciones Geográficas, 43, 183-203.

No hay comentarios:

Publicar un comentario